Esta obra surgió con la premisa de hacer un local lo más personalizado posible teniendo en cuenta que era alquilado. La distribución está definida por un mobiliario pensado detalladamente para poder ser reutilizado.
El programa era por un lado, un local a la calle de pastelería con alguna barra para invitar a comer algo al paso. Por otro lado una cocina, tanto para el local como para el catering que tiene la chef. Por lo tanto había que guardar especial cuidado en no mezclar los olores.
Para generar esta división diseñamos un gran ventanal de vidrio repartido y se ploteó el logo de la marca. Por un lado deja pasar la luz que viene que entra por las ventanas del fondo y por otro deja ver que por detrás se está trabajando en una cocina amplia y cómoda.
Elegimos para el local y la cocina materiales como mármol de carrara, tablas de petiriby y ventanales de hierro para que el usuario se sienta cómodo y tenga la sensación de estar como en su casa.
19 julio, 2017